Bueno, hay que anotar que la opción de recambio en
momentos de crisis, que pudiera significar la izquierda en general, y la
dispersión trotkysta dentro de ese marco, es una rueda pinchada.
Aunque ese es el marco general en que se manifiesta la
izquierda en todo el mundo, yo voy a preferir referirme más en concreto a la
situación en argentina, para tratar de no ser tan abstracto en los planteos, y
además porque la conozco más de cerca.
Obviamente no seré el primero en quejarse de la
izquierda desde la izquierda, así que nos podemos ahorrar lo remanido, pero sí
es criminal la actitud de discusión cerrada entre facciones que no deja espacio
para la captación de la realidad y la incidencia en ella.
Episodios como la gente protestando en la Plaza de
Mayo se han repetido en la Plaza Tahir y en Sol, aunque en Sol todavía no
voltean al gobierno.
Esa imposibilidad de pensar en el socialismo que
aqueja a algunos marxistas (como decía en otro lado) hizo que en la crisis terminal
del 19 y 20 de diciembre de 2001 la izquierda se juntara un rato en el
obelisco, y luego se dispersara. Si hubieran ido a Plaza de Mayo podían haber
tomado Casa Rosada.
Pero no es tan importante lo que hizo la izquierda en
esa crisis. Como el partido bolchevique en febrero, estaban tan desorientados
como todos los demás.
Lo terrible es no ver que el 2001 significa un febrero
interminable, en el cual se vuelven a disputar los terrenos políticos. Lo
crucial es disputar las bases, como está haciendo el Pollo Sobrero.
Pero no solamente ahi. Debemos empezar a pensar en
gobernar. Y no en gobernar nosotros. Ampliar la capacidad de cada colectivo de
obrar efectivamente. Convertir a la sociedad en soviética.
Eso implica militar en los centros vecinales, en los
centros de estudiantes, en los gremios, no solamente siguiendo las consignas
generales, sino insistiendo en el autogobierno de cada una de esas entidades.
Para eso, necesitamos favorecer la generación de una
camada de luchadores y dirigentes similar a la que se creó entre febrero y
octubre alrededor del bolchevismo.
Aunque la izquierda es inmadura para esta tarea, las
condiciones están más que maduras.
Ese febrero de tiempo suspendido que transcurre entre
el 2001 y hoy, será empujado hacia el octubre solamente cuando esa camada esté
en el poder.
Para conseguir eso, lo único que hay que hacer es
estar en esas instituciones, y estar como una opción de poder revolucionario.
El resto se hará solo, porque la camada en cuestión ya está, sólo que no
encuentran a quién seguir.
Aunque fueron condicionados a lo Pávlov para seguir a
quien les sugiere la televisión, es la revolución la que romperá ese
condicionamiento. Por primera vez en décadas, el ejemplo concreto del compañero
de al lado peleando por todos será más definitorio políticamente que la imagen
etérea que fabrican para el político de turno. Aunque se diga trotkysta...
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