Gaza (Escrito en aquél momento)
La
televisión no te ahorra nada. Te persigue insidiosamente, te atrapa y como a
Alex, el adolescente de la
Naranja Mecánica , te obliga a ver hasta el último miembro
mutilado, y uno por uno cada cadáver de niño.
Creo que
los grandes medios de comunicación no lo mostrarían si pudieran decidir ellos.
Pero cada imagen está ya colgada en Internet, serán tu próximo correo.
La
pesadilla de la guerra, el peso gravitacional de la atroz realidad produce
escenarios más espectaculares que cualquier Rambo, pero nos mueve a salir a la
calle a protestar en manifestaciones más imponentes que las de la Revolución Rusa ,
porque están expandidas a todo el planeta.
Salimos a
la calle a protestar porque sentimos que restos de lo peor del siglo XX nos
persiguen a todos con la peor de las pesadillas. Las ideologías y el
surgimiento de las nacionalidades han dado paso durante el siglo pasado a
verdaderas aberraciones inhumanas cometidas en nombre del Estado. Tales, los
campos de concentración.
El asalto
de Gaza nos recuerda el asalto por las tropas alemanes del Gheto de Varsovia.
El
aislamiento internacional, la parálisis mundial en torno, la atroz sospecha de
que están todos de acuerdo en eliminar a Hamas, repitiendo la actitud del Ejército
Rojo esperando en las puertas de Varsovia a que el gheto fuera aniquilado.
Sin
embargo, esta vez el silencio y la parálisis que envuelven a la ONU , (aunque Sarkozi, nervioso
como es, pretenda disimularlo) y que resulta cada vez más notorio en cercanías
de la Casa Blanca ,
desnudan la falta de política y la ausencia de dirección que ha atacado al
sistema irremediablemente y que se muestra en la crisis mundial.
El peso
gravitacional de la realidad se impone sobre todos nosotros con la misma
rotunda voluntad que la presión atmosférica.
Y detrás de
la más amarga de las realidades siempre está la guita.
Y así, a
Obama le resulta imposible continuar financiando la película de cowboy de Bush
en el “Far Est”. No si al mismo tiempo pretende financiar el orgasmo final de
la gigantesca estafa planetaria que significó desde la segunda guerra el
predominio del capital financiero sobre el productivo. En realidad, la crisis
de la Bolsa
significa el descubrimiento por parte del capital de que Bush es imbancable.
Algo que yo les podría haber dicho hace tiempo atrás.
La retirada
ignominiosa de EEUU de Irak significa la desaparición del Estado de Israel.
Conscientes
del peligro extremo que amenaza a su existencia como nación, Israel, como
cualquier chorito villero atrapado infraganti en un cíber, toma de rehén el
territorio de Gaza, intentando forzar YA un acuerdo con Hamas, porque sabe que
el tiempo es fugaz y dentro de dos años los téminos habrán cambiado mucho.
De manera
similar han actuado hasta ahora, se apoderan de algo y luego lo cambian por
tratados de paz.
Pero esta
vez su táctica tropieza con un escollo imprevisto. La lucha dentro del seno de
la nacionalidad palestina por la sucesión de Arafat. En realidad, el ataque a
Gaza tendrá el resultado menos favorable a Israel, el de legitimar a Hamás
dentro de la comunidad de Medio Oriente, como el real adversario del enclave
colonialista Judío. Algo que Hamás viene repitiendo hace años sin que nadie lo
crea. Ahora si le creerán.
Las
alternativas por esta sucesión del líder muerto no han terminado, pero Gaza
aparece ahora como un hito definitivo. Nos quedan aún por ver las luchas por la
sucesión del otro líder, Fidel, pero es otra historia.
Sin
embargo, apoyamos la actitud de Chávez, no tanto la de expulsar al embajador,
(algo nos hace sospechar que el chavo tiene una cometa de las agencias de
viajes, cada vez que hay quilombo echa al embajador y después le paga el pasaje
de vuelta) como la de pedir el enjuiciamiento por genocidio de los responsables
de Gaza. Esta vez no necesitamos pruebas, todos las hemos visto. También Bush
debe ser juzgado por lo de Irak.
Como el
régimen nazi, el estado judío de Israel está destinado a desaparecer. Como
éste, en una burla macabra a las ironías del destino, antes de morir se permite
los excesos que tuvieron con él. Amargo desquite.
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