La
tercera guerra mundial
La
declaración de la primera permitió que Lenín, con el derrotismo revolucionario,
cooptara la dirección de la izquierda revolucionaria dentro de Rusia, y, dada
la revolución de febrero, la dirección de la revolución de Octubre.
Confiando
ciegamente en una evolución del proletariado europeo hacia tomar el poder en
sus propios países, L quizás subestimó la sangría que significó la gran guerra
en las filas de ése proletariado.
Suspendida
que fue la contienda por la noticia de la revolución rusa, y la necesidad de
poner las barbas propias a remojar, se consiguió de momento arribar a un
equilibrio inestable, que desbandó en el ´29, y cuya única solución arribó
luego de exterminar otra vez al proletariado europeo, y a quien quisiera
anotarse.
Ese
equilibrio, otra vez inestable, el de Breton Woods, acaba de caer. Esta vez,
los trabajadores debemos tomar el poder, la única salida a una crisis que el
capitalismo tratará de resolver de una manera imposible, una tercera guerra
mundial limitada.
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