martes, 17 de abril de 2012






   La Torre De Babel






                                                 


                                                                           Oscar Lorca  























"Es curioso: Winston no sólo parecía haber perdido la facultad de expresarse, sino haber olvidado de qué iba a ocuparse. Por espacio de varias semanas se había estado preparando para este momento y no se le había ocurrido pensar que para realizar esa tarea se necesitara algo más que atrevimiento. El hecho mismo de expresarse por escrito, creía él, le sería muy fácil. Sólo tenía que trasladar al papel el interminable e inquieto monólogo que desde hacia muchos años venía corriéndose por la cabeza. Sin embargo, en este momento hasta el monólogo se le había secado."

                                                                                   1984  George Orwell













                                                              Abstract

El fin del posmodernismo (si ningún discurso es válido, entonces el primer discurso en perder validez es el único, y si pierde validez en lo teórico, deja de tenerlo en lo práctico) El fin del discurso único. La aparición de discursos alternativos. El fin del modernismo. La promesa de la utopía y el desafío de tomar el poder.



















La mirada del llamado posmodernismo ha enfatizado la deconstrucción de los discursos alternativos con la intención mera de desarmarlos. De quitarles toda validez.

Así, han pasado bajo la picota la idea de comunismo, de anarquismo, y de cualquier otra opción de respuesta alternativa a Mc Donalds, especialmente si está asociada en todo o en partes a la idea de vegetarianismo.

De esa manera, han conseguido ocultar al sentido común planetario que la negación de todos los discursos pasa por negar también al discurso del poder.

Porque eso de cerrar una a una las posibles puertas de salida que la humanidad ( el 99%) conserva aunque sea como sueño o utopía, como adjudicándoselas a un omnipresente principio del placer de los pueblos, y presentar la realidad como la única posible, jaja, creo que esa película ya la vi.

Si hubiéramos podido dejar de fijar la atención en el puntero del profe y mirábamos los márgenes, como sugería Derrida, podríamos sugerir a nuestra vez un contradiscurso.

 Si esto del posmodernismo es realmente cierto, no podría ser que los demás participantes del planeta objetaran que les parecía más bien lo contrario, que el esfuerzo de todos, el esfuerzo real, solamente parecía destinado a satisfacer una obscena realización del principio del placer del uno por ciento?



Luis XIV se amparaba aún en el derecho divino, y aunque hizo lo que pudo por disminuir la importancia de ese derecho sobre sus señores feudales, no pudo ir muy lejos.

Sus enormes privilegios se sostenían en una estructura social que se había forjado en los comienzos del feudalismo, cuando el castillo servía de refugio ante el invasor, no de arma de castigo a los súbditos.

La revolución francesa condenó a muerte esos privilegios. Hoy, la revolución post capitalista hará lo mismo con tanto tecnócrata que cumple casi el mismo papel que la nobleza en 1789, el papel del uno por ciento.

En los inicios del capitalismo, el capital financiero ponía en marcha proyectos productivos relevantes socialmente. (Como el castillo del feudalismo) Hoy es una traba que veta el desarrollo de proyectos socialmente importantes y prioriza aeropuertos sin aviones.


Los dos polos del capitalismo naciente, el poder político y el económico, aún transcurren su discurso en nuestros días, pero han perdido el poder de antaño.





El papel que cumplen los indignados y la extensión de su movimiento es la punta de lanza de esa revolución. Su dinámica la llevará a fungir de soviet mundial. Es, por el momento, un embrión de la revolución de febrero.

Lo es, objetivamente, no ya como embrión, en la primavera árabe.

Y la evolución de la crisis hará que el papel de los indignados en el resto del planeta, especialmente Europa y EEUU, sean, como en el soviet, la opción de recambio de un sistema caído. Y si el sistema se cae, y los indignados también, la posta la asumirá la sociedad de una manera u otra.



Es que la crisis del discurso único se da cuando ya no puede imponer más ese discurso.

El sistema está en crisis.

Se ha comparado esta crisis con la del `29, a la que se parece al menos desde lo económico.

La magnitud de la crisis económica apenas oculta su crisis militar. Se tuvieron que ir de Irak y tendrán que huir de Afganistán. Además de una crisis del `29 tienen también un Vietnam.

Además enfrentan una creciente osadía de los pueblos. Latinoamérica es un ejemplo. Pero es solamente una parte. Todo el mundo le moja la oreja al imperialismo hoy en día.

Blogs de todo el planeta discuten acerca de si esta es una crisis política o económica. Como en el huevo o la gallina, quién tiró la primera piedra, o quién es más inútil.

Esta es una crisis política porque es una crisis económica y militar.

Pero no solamente por eso es una crisis política. Lo es también porque ha desaparecido la fundamentación teórica, epistemológica, del capitalismo, y su discurso no puede apelar ya a ninguna trascendencia.

Como antaño la iglesia sostenía a Luis XIV, hoy los medios sostienen el sistema, y más que apelar a la trascendencia apuestan a la banalidad.

Al circo iba el pueblo romano a ver el espectáculo, pero también a recibir pan.

Cuando no hay pan, la eficacia del circo disminuye.



Si intentara resumir lo que es una revolución, yo diría que es un momento en que hay en la sociedad un proceso de insubordinación creciente, sumada a una imposibilidad de “los de arriba” para utilizar términos de Lenin, de mantener el orden y la mentira.

Una sorpresiva parálisis del estado. Debida a una indetenible parálisis económica.

Como en el ´33 con Hitler en Alemania, puede ganar la contrarrevolución.

Pero no creo que éste sea el caso, mal que le pese a Marine Le Pen.



El papel de los indignados y sus sucesivos relevos,  estribará en ser capaces de poner límites a esa contrarrevolución. Uno de los límites ineludibles será cada vez más la cuestión de la sostenibilidad ecológica del sistema.

Este aspecto corre el riesgo de dejar de ser una postura utópica, propia de los márgenes ideológicos, (igual que el socialismo, el anarquismo, el vegetarianismo y el Reiki) para convertirse en una cuestión social imperativa. (Igual que el socialismo, etc).

Lo que el orden mundial, el discurso único, llegó a hacer un poquito antes, durante y hasta ahora de la crisis, fue catastrófico.

Además de los huracanes, inundaciones y sequías, que aunque no fueran debidas al cambio climático lo parecen, lo de Japón y lo del golfo de México, la BP, soltando petróleo impunemente realmente horrorizan. Lo del barquito en Italia es más de lo mismo.

Cualquier salida a la crisis deberá contemplar sí o sí un crecimiento sostenible. [1]



Más temprano que tarde, la crisis mundial obligará a los que se juntan en Sol y en Tahir a ponerse las pilas y hacer un soviet y tomar el poder, si quieren evitar la tercera guerra mundial.

Además del apoyo de la iglesia, y los medios, el estado capitalista ha recurrido hasta el hartazgo a la misma vieja salida de la crisis. La guerra.

Aunque nadie lo quiera, aunque sea por inercia, las condiciones para una tercera guerra son inminentes. Alguien debe evitarla. Ahora ya no se tratará de exterminar a los que se quejan, dejando a los otros volver al trabajo. Ahora está en juego la vida en el planeta.



El otro eje de la lucha pasará por tomar el poder. Y ello pasará por ocupar las plazas, por transformar el planeta en una réplica gigantesca de la Plaza Tahir.

El movimiento que en sí no es revolucionario, que no acude a la plaza a tomar o disputar el poder, solamente acude a manifestar bronca, se transforma en revolucionario de hecho, debido a que el poder no puede ni complacerlo ni destruirlo.

No solamente se enfrenta Chávez al imperialismo. No sólo lo reta Ahmadineyad, también lo retan el Occupy y el 15M.

Y aunque todavía podría impunemente ocupar Irán o Venezuela, hay ahora un curioso tipo de estampita que protege a los indignados de casi todo mal.

Se llama celu con cámara. E Internet.

Obvio, los mossos todavía pegan. Pero cada vez es más patente lo necios que resultan al hacerlo. No convencen a los indignados de no volver a acampar, pero les ganan millones de adherentes.

Habría que preguntarle a la reencarnación de Einstein que carajos está pasando ahora mismito con el tiempo.

Hay algo con la mundialización de los cajeros automáticos y el resto de lo que implica, la ciberización de las transacciones, que desquicia al sistema, porque lo vuelve instantáneo.

Lo mismo pasa con el resto de las comunicaciones. A la hora, qué digo, a los tres minutos de aparecida la novia del capitán (del barco italiano) ya está en los noticieros y los blogs de todo el planeta.

Comparalo a Rothschild y Wellington.[2]

Al mismo tiempo, cosas que pasaron, siguen apareciendo, una y otra vez en youtube ves a los milicos pegarles a los indignados. Quedan ahí, en un tiempo suspendido y presente interminable.





En términos de querer suponer que todo esto no es cierto, y que en realidad no pasa nada, y que yo voy a poder gozar tranquilamente de mi jubilación con sólo que siga yendo a trabajar los días laborables, uno puede llegar a ilusionarse con que el sistema tiene todo bajo control, y que siempre que llovió paró, y …

Pero la verdad es que se viene un quilombo de la puta madre.

Se viene la revolución, se viene el fin del mundo capitalista.

El planeta entero se va a desquiciar. Ya se está.

La pirámide social capitalista está cayéndose a pedazos. Lo que era la relación tradicional familiar, con su sentido de institución reproductora de sumisión y neurosis, el ámbito laboral en que esas neurosis se rozaban, la iglesia ante la cual transaban y el brillo social que adquirían aquellos que conseguían hacerlo mejor[3].



Por eso, ésta también es una crisis cultural. Y como todas ellas, muy profunda.

A ver, focalicemos en un lugar. Europa. Vamos por el centro del quilombo. Comparemos Grecia y Alemania.

Alemania no tiene deuda “sospechosa” y por lo tanto podríamos decir que no está en crisis ni tiene riesgo de llegar a ella.

Lo contrario de Grecia que están esperando la erupción del volcán para desaparecer como país.

Pero si Grecia se cae, y con ella más países, la producción alemana dejará de tener tanta demanda y la crisis asomará su rostro amargo también ahí.

La disputa en la que Merkel se atrinchera en no imprimir moneda por parte del BCE, ni comprar deuda europea, se explica ya no tanto por la crisis sino por lo que implica política y culturalmente.

Implica cotizar en bolsa, más o menos. Venderse, rifarse.

No sería tanto problema si los capitales tradicionalmente implicados siguieran ocupando sus lugares. Pero con esta crisis, lo que implica rifarse es que a la hora de los bifes van a tener que bancarse un capataz hindú, o brasileño.

Volvamos a lo cultural. El surgimiento del capitalismo en Europa también puede verse como una narración en la que Europa intentaba defender su cultura. Desde Roncesvalles a las Cruzadas, pasando por Colón y la usurpación de Filipinas, la cultura europea, sintiéndose amenazada por los bárbaros, y en el afán de impedir que un bárbaro los llegara a gobernar, consiguió defenderse,  extenderse y hasta imponerse sobre el resto del planeta.

Para un racista obrero alemán de la cadena productiva en Mercedes Benz, pasar a propiedad de los BRICS, y tener que bancarse un capataz negro o demasiado morocho es demasiado. No lo va a permitir jamás. Quizás el mozo griego no se sienta tan susceptible, pero tampoco a él le gusta la idea.

El discurrir de ése tipo de problemas es lo que alimenta a mi amiga Marine. (alias G.I. Joe reloaded).

Por eso el resurgimiento de la derecha. En Europa. Si lo miramos desde Latinoamérica, asistimos a la aparición de los discursos alternativos. Más allá de prometidos socialismos o justicias sociales, y más allá de cierto anti-imperialismo al parecer compartido, lo que aparece es el otro en el poder. Más que un cambio de políticas, (que las hay) hay un cambio de culturas. Los negros peronistas en Argentina (aunque ésta vez la presidenta es abogada, y quizás, una de las más cultas de la historia, incluyendo a Sarmiento) la mujer, el mulato de Chávez y los indios Evo y Humala.

El sistema está en crisis hace tiempo. Esto es una revolución.

Disculpe las molestias.













                                



[1] Que frase más pelotuda y redundante! Pero bue, me parece que había que decirla nomás!
[2] En la época de Napoleón, Rothschild había instalado un sistema de correo vía palomas mensajeras, lo que le permitió enterarse antes que nadie en Inglaterra que Wellington había derrotado al corso en Waterloo, así que el tipo anunció lo contrario, o sea, que Napoleón había ganado, la bolsa bajó, y de esa manera compró acciones a dos mangos antes que llegaran al otro día las noticias traídas en barco.
[3] Sicóticos abstenerse.

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